Los ataques injustificados contra los católicos en México hizo desencadenar en la Guerra Cristera que duró tres años (1926-1929). En ella participaron campesinos, terratenientes y religiosos que pretendían defender la Iglesia a cualquier precio. El coste fue alto. Murieron un cuarto de millón de personas por ambos lados. Ahora en 2012, nuestras memorias se refrescan mediante los valientes corazones de nuestros hermanos mexicanos que dieron su vida a grito de, "Viva Cristo Rey".
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